
Como casi todos los otoños, Woody Allen ha vuelto a Nueva York tras haber pasado los tres últimos en la vieja Europa. Esta vez lo ha hecho metido en la piel de Boris Yellnikoff, un misántropo intelectual del que Allen se vale para dar rienda suelta y exorcizar sus pocas filias y muchas fobias, sus obsesiones, sus hipocondrías y, en definitiva, todos sus fantasmas.
No voy a destripar la película. Sólo decir que Woody nunca debió salir de Manhattan y, mucho menos, venirse a rodar a España. Pienso que todo artista, y él es uno de los más importantes y geniales de este siglo, debe hablar, escribir, pintar, esculpir o cualquiera que sea su arte de lo que conoce y domina. Woody conoce Manhattan y, por extensión, Nueva York. También podría decirse que tenía ciertos conocimientos de Inglaterra. Al menos el idioma es común. Las tres incursiones Británicas fueron aceptables, especialmente Match Point y Scoop. No se puede decir lo mismo de la tan laureada Vicky Cristina Barcelona. Desde el título hasta la sinopsis pasando por ciertos detalles, como esos masters en identidad y cultura catalana y ese flamenco que se van a escuchar a Oviedo, no están a la altura del mejor Allen. La Banda Sonora, que es algo que siempre ha cuidado con mucho mimo, es horrible, gracias a ese tema llamado Barcelona de Giulia y los Tellarini. A pesar de los muchos premios que consiguió, no es su mejor película. Por lo menos no la que más me gusta.
Con esta última, Woody Allen ha vuelto a Manhattan demostrando porque es uno de los mejores con una película en la que todos sus protagonistas descubren que todo en la vida es una combinación de encuentros y casualidades fortuitas y que hay que apreciar su valor si la cosa funciona.
No os la perdáis. Y un último consejo. Si os gusta el cine, pasaos por el blog de mi primo, el señor insustancial, que de insustancial tiene poco y ademas es una de las personas que más controla de cine en este país. De hecho es una de sus multiples ocupaciones. Es como si metieses en una coctelera a Garcí y sus tertulianos, tabaco incluido y con bastante menos caspa, lo mezclaseis con un look a lo Alex de la Iglesia cuando era director de cine, le echaseis un monton de dosis de buen humor, lo agitaseis y lo sirvieses bien frio. Pasad por su blog mividainsustancial.blogspot.com y os encontrareis con él y con su vida insustancial.
Un saludo, cosas malas
No voy a destripar la película. Sólo decir que Woody nunca debió salir de Manhattan y, mucho menos, venirse a rodar a España. Pienso que todo artista, y él es uno de los más importantes y geniales de este siglo, debe hablar, escribir, pintar, esculpir o cualquiera que sea su arte de lo que conoce y domina. Woody conoce Manhattan y, por extensión, Nueva York. También podría decirse que tenía ciertos conocimientos de Inglaterra. Al menos el idioma es común. Las tres incursiones Británicas fueron aceptables, especialmente Match Point y Scoop. No se puede decir lo mismo de la tan laureada Vicky Cristina Barcelona. Desde el título hasta la sinopsis pasando por ciertos detalles, como esos masters en identidad y cultura catalana y ese flamenco que se van a escuchar a Oviedo, no están a la altura del mejor Allen. La Banda Sonora, que es algo que siempre ha cuidado con mucho mimo, es horrible, gracias a ese tema llamado Barcelona de Giulia y los Tellarini. A pesar de los muchos premios que consiguió, no es su mejor película. Por lo menos no la que más me gusta.
Con esta última, Woody Allen ha vuelto a Manhattan demostrando porque es uno de los mejores con una película en la que todos sus protagonistas descubren que todo en la vida es una combinación de encuentros y casualidades fortuitas y que hay que apreciar su valor si la cosa funciona.
No os la perdáis. Y un último consejo. Si os gusta el cine, pasaos por el blog de mi primo, el señor insustancial, que de insustancial tiene poco y ademas es una de las personas que más controla de cine en este país. De hecho es una de sus multiples ocupaciones. Es como si metieses en una coctelera a Garcí y sus tertulianos, tabaco incluido y con bastante menos caspa, lo mezclaseis con un look a lo Alex de la Iglesia cuando era director de cine, le echaseis un monton de dosis de buen humor, lo agitaseis y lo sirvieses bien frio. Pasad por su blog mividainsustancial.blogspot.com y os encontrareis con él y con su vida insustancial.
Un saludo, cosas malas
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