
Cualquier tipo de manifestación me parece un ejercicio saludable de democracia y que, por tanto, se tiene que realizar con la mayor coherencia, honestidad y poca hipocresía. Por eso cuando este fin de semana he visto en la manifestación contra la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, en la que se pidió respeto a la vida y con lemas como Cada vida importa o aborto=genocidio, al que ha sido hasta ahora con mucha diferencia, el peor presidente democrático que ha tenido este país, se me revuelven las tripas hasta la nausea. Que un tipo como este, que empujó a España, cuando todo el país, votantes y no, estaba en contra, a participar en una guerra que se sabía ilegal y que obedecía a oscuros intereses (oscuros por lo petrolíferos), que trajo en su día consecuencias nefastas para este país y, sobre todo, para el país contra el que se dirigió aquella guerra preventiva y que convirtió el planeta en un lugar más triste, me parece de una falta de ética, de moral, de vergüenza y de un montón de cosas más, que me provoca el más profundo desprecio por este personaje. ¿Acaso las vidas de más del millón de muertos en Irak (cifras de la organización Just Foreign Policy) importan menos que otras?. Esta cifra, de ser real, superaría al genocidio de Ruanda. Me vuelven las ganas de reivindicar algo que en su día firmamos algunas personas a través de la página web de un partido político y es que se j

Un saludo, cosas malas
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