viernes, 3 de septiembre de 2010

ABRIENDO OTRO CAPITULO

Aunque el verano aún no ha terminado oficialmente y este dando sus últimos coletazos, mentalmente ya ha tocado a su fin. Volvemos a la rutina cotidiana con las pilas más o menos cargadas para enfrentarnos a ella hasta las próximas vacaciones. Para sobrellevarlo, nos quedan todos esos recuerdos veraniegos que más tarde iluminaran el otoño y el invierno, hasta que llega otra vez la primavera y te pones a pensar y planificar otra vez lo que vas a hacer las vacaciones. Ese es otro de los ciclos de la vida.
Este blog ha estado cerrado por vacaciones estos dos meses. No ha sido por falta de ideas. La única razón es que he dedicado el tiempo a disfrutar y aprovechar al máximo el primer verano de mi hija. Este verano he descubierto el mundo a través de sus ojos. La sorpresa ha saltado en cada momento y ver como se le ilumina la cara cuando ese viento veraniego que sopla y agobia, mueve las hojas de los árboles, o cuando las primeras olas rozan su pequeño cuerpo provocándole una sonrisa después del shock inicial o cuando se sorprende de lo fresca que esta la jarra de cerveza que se toma su padre mientras la tiene en brazos. Estos y otros momentos han sido mis recuerdos de un verano distinto. Son de esas cosas que por muchos años que pasen y por muy mal que este la memoria, siempre irán conmigo.
La pena es que todo esto que ella ha vivido no lo va a recordar. Conforme crecemos, el disco duro se nos va llenando y todo eso que en nuestros primeros meses de campar por estos parajes nos hizo feliz, se tira a la papelera de reciclaje. Muchas veces te acuerdas de cosas absurdas y que no sirven para nada y de esto no. Una lastima. Dicen que en el último momento de la vida lo vuelves a ver. ¡Mira que me se yo! (que es la traducción al aragonés del famoso aforismo de Descartes Sólo sé, que no sé nada).
Se abre otro capitulo.
Un saludo, cosas malas

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