
Ya terminó la cumbre del G-20 y una de las cosas que más me ha llamado la atención ha sido el discurso barato del bolivariano Hugo Chávez. De todos es conocido el talante democrático de este hombre y eso que, a veces, muy pocas, me hace cierta gracia. El caso es que el hombre, en un arrebato de amiguismo americano, dijo que desde que está Obama, la ONU huele a esperanza.
Desde luego, el cambio de presidente en EE.UU. ha sido, además de necesario, algo que ha vuelto a darle al país la credibilidad y el status que había perdido gracias al fanático de Bush.
La ONU se define como una asociación de gobiernos global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos.
Pues desde luego no es por el gorila caribeño que la ONU haya dejado de oler a azufre, ya que no es ejemplo de casi nada de lo que define a la organización. Es experto en el dudoso arte de someter y tiranizar a un país entero por su interés y tratar de engañar a su pueblo con ínfulas de salvador y luchador contra el imperialismo. El hace que siga apestando a azufre
Aun así, no es el único que hace que en la ONU todavía dure el eau de Bush. Ahí tenemos a Ahmadineyad, desafiando al personal con la creación de una segunda planta de uranio; a Netanyahu diciendo que hay que frenar a Irán en su carrera nuclear, cuando todos sabemos que Israel tiene armamento como para acabar con todo el planeta si le apetece y si el resto del mundo le toca las narices en su forma de resolver el conflicto que tiene con sus vecinos palestinos; a Gaddafi, que lo único que le interesa es montar la jaima con su guardia personal de amazonas y montando su parafernalia beduina allá donde va, sin que el mundo sepa a que juega; a Berlusconi, que como también le gustaría llevar el rollo que lleva el anterior(jaima, bailarinas de danza del vientre y demás) se lo monta a base de vellinas, viagra y lambrusco o, en su defecto, vino de misa, por aquello de que es católico, apostólico y romano y de que la iglesia es una de las pocas que aún no le ha dado ningún toque entre las orejas (que pena que el país del que han salido Nani Moretti, Franco Battiato, Cesare Pavese, Umberto Eco, Dario Fo, Leo Bassi, Dante, Leonardo,… se haya instalado en esa apatía vital que les hace ser tan poco críticos con lo que tienen); a Kim Jong-il, el presidente norcoreano que, además de estar en el podium de los señores mayores con cara de señoras mayores, es un tipo con el que no hay que enredar mucho y además se permite alardear de su poder en materia nuclear y sobre sus continuas violaciones de los derechos humanos; a Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, que desde Zaragoza, que es donde se formó como militar, dio el golpe de estado que derrocó a su tío y desde entonces se dedicó a torturar y a violar los derechos humanos.
La lista es muy larga, casi tan larga como los 192 países que la componen, ya que se salvan muy pocos
Si a Chávez le parece que la ONU huele a esperanza con este plantel, que baje Dios, Ala, Buda, Marx, el Che, Elvis, Camarón o quien sea y que lo discutan entre ellos. A ver que les parece.
Un saludo, cosas malas
Desde luego, el cambio de presidente en EE.UU. ha sido, además de necesario, algo que ha vuelto a darle al país la credibilidad y el status que había perdido gracias al fanático de Bush.
La ONU se define como una asociación de gobiernos global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos.
Pues desde luego no es por el gorila caribeño que la ONU haya dejado de oler a azufre, ya que no es ejemplo de casi nada de lo que define a la organización. Es experto en el dudoso arte de someter y tiranizar a un país entero por su interés y tratar de engañar a su pueblo con ínfulas de salvador y luchador contra el imperialismo. El hace que siga apestando a azufre
Aun así, no es el único que hace que en la ONU todavía dure el eau de Bush. Ahí tenemos a Ahmadineyad, desafiando al personal con la creación de una segunda planta de uranio; a Netanyahu diciendo que hay que frenar a Irán en su carrera nuclear, cuando todos sabemos que Israel tiene armamento como para acabar con todo el planeta si le apetece y si el resto del mundo le toca las narices en su forma de resolver el conflicto que tiene con sus vecinos palestinos; a Gaddafi, que lo único que le interesa es montar la jaima con su guardia personal de amazonas y montando su parafernalia beduina allá donde va, sin que el mundo sepa a que juega; a Berlusconi, que como también le gustaría llevar el rollo que lleva el anterior(jaima, bailarinas de danza del vientre y demás) se lo monta a base de vellinas, viagra y lambrusco o, en su defecto, vino de misa, por aquello de que es católico, apostólico y romano y de que la iglesia es una de las pocas que aún no le ha dado ningún toque entre las orejas (que pena que el país del que han salido Nani Moretti, Franco Battiato, Cesare Pavese, Umberto Eco, Dario Fo, Leo Bassi, Dante, Leonardo,… se haya instalado en esa apatía vital que les hace ser tan poco críticos con lo que tienen); a Kim Jong-il, el presidente norcoreano que, además de estar en el podium de los señores mayores con cara de señoras mayores, es un tipo con el que no hay que enredar mucho y además se permite alardear de su poder en materia nuclear y sobre sus continuas violaciones de los derechos humanos; a Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, que desde Zaragoza, que es donde se formó como militar, dio el golpe de estado que derrocó a su tío y desde entonces se dedicó a torturar y a violar los derechos humanos.
La lista es muy larga, casi tan larga como los 192 países que la componen, ya que se salvan muy pocos
Si a Chávez le parece que la ONU huele a esperanza con este plantel, que baje Dios, Ala, Buda, Marx, el Che, Elvis, Camarón o quien sea y que lo discutan entre ellos. A ver que les parece.
Un saludo, cosas malas
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