
Como resumen queda que todas las religiones teístas han sido el fraude de la era, sirviendo para separar y diferenciar al uno del otro, basándose simplemente en la explicación e interpretación que cada individuo quiera darle a nuestra efímera y terrenal existencia. Han respaldado la sumisión ciega a la autoridad, el no cuestionarse nada y creerse todo, funcionando con un sistema totalmente sectario. Y lo más importante, capacitar a ciertas personas a utilizar la religión y toda la parafernalia que la rodea para manipular y controlar sociedades, o al menos para intentarlo, basándose en discursos medievales e inquisidores. El mito religioso es el arma más potente que jamás se haya creado y abona el terreno para que otros mitos florezcan, algunos tan aberrantes y abominables como la justificación de ciertos crímenes en nombre de esa divinidad o el odio irracional hacia el que tiene otra creencia, que es lo que se plantea en la segunda parte del documental.
Mientras lo veía, venían a mi cabeza las palabras de la semana pasada del portavoz de los obispos, Mosén Camino, hablando de herejías, pecados mortales, barbaries morales, etc. con respecto al tema del aborto. ¡Que miedo dan estos señores con ese discurso tan apocalíptico!. Otra vez la Iglesia ha intentado controlar e influir sobre ciertos temas, cuando lo que tendría que hacer es estar callada. Y no estoy diciendo que este a favor o en contra de la nueva ley del aborto. De lo que estoy harto es de que sólo se pronuncien en estos términos cuando les conviene sobre temas que no son de su incumbencia, por ejemplo, cuando intentaban una rebelión civil contra la asignatura Educación para la ciudadanía o con su negativa a proporcionarles sus derechos a los homosexuales. Todavía no se han pronunciado de forma masiva con temas como los malos tratos, los abusos de menores (que tan a gusto practican muchos de sus miembros), o sobre el posicionamiento de algunos de sus miembros en el asunto Vasco. Y estoy harto de que ningún gobierno, viviendo en un estado laico, ponga las pilas a estos señores que están en las altas esferas eclesiásticas y les dice que lo que tienen que hacer es estar callados, que como no lo

A mí me pueden excomulgar, negar la comunión si se me ocurriese intentarlo, o las dos cosas. Me harán un favor.
Un saludo, cosas malas
hola manucosamala o buenas noches. Yo también he visto la película, los dos documentales en realidad.
ResponderEliminarCon respecto al tema religioso, nada que objetar. Creo que ya está todo más que dicho y que quién tiene que mover ficha no lo va a hacer porque políticamente sería su muerte (la cobardía política...ya se sabe).
Lo que me interesa de todo esto, del post, o más bien del título, es que te parece el documental en general, porque a mi, personalmente me defraudó. Me explico:
Después de ver la primera parte me quedé boquiabierto con lo que contaba, tanto del tema religioso, como después del político y económico. Como enlaza las últimas guerras con lo del banco central americano, no sé hasta que punto será verdad, pero es fascinante.
El problema me surgió en la segunda parte (zeitgeist addendum), que no sé si habrá mucha gente que no la haya visto. Era como si tuvieran la solución para todos los problemas actuales y reales (no conspiraciones en la sobra) del mundo y lo que han hecho es describir los problemas de forma que su solución es, no solo la única, sino la mejor. Eso al fin y al cabo es lo que hace la iglesia católica,... bueno y todas. "¡Todos tus problemas solo nosotros podemos solucionarlos!". Me está vendiendo el mismo perro que la iglesia pero con distinto collar.
No sé si me he explicado muy bien, pero tampoco quiero contar nada de la segunda parte del documental. Los condicionamientos nunca son buenos.
No sé si alguien lo ha visto y tuvo a misma percepción que yo
Saludos
Hola colajet
ResponderEliminarNo he visto la segunda parte, pero cuando la vea, la comentare y la compartire contigo. Los dogmas no son buenos, da igual de donde vengan. Son peligrosos y creo que nadie esta en posesion de la verdad absoluta y definitiva.
Un saludo