
El 2009 comenzó muy malamente para mí. Los que estuvieron allí y lo vieron lo saben bien. Ese comienzo presagiaba un annus horribilis. Sin embargo, visto lo visto y vivido lo vivido a lo largo de estos últimos 365 días, llegas a la conclusión de que lo importante no es como empieza si no como acaba, y esa entrada en el 2009 con la pierna izquierda entera, no ha sido nada representativa de lo que ha sido el último año de la década. Estos 12 meses han dado para mucho y ahora, que llega el momento de hacer recuento y resumen de estos 365 días, te das cuenta de lo mucho que han dado de sí.
Muchas cosas le han sucedido a la humanidad a lo largo del calendario: la crisis, el Nóbel de Obama, la hora del Planeta, la gripe porcina, el paro que se desborda, el estallido del caso Gürtel y otras tramas de política corrupta, el cambio de mandos en Euskadi, Berlusconi y sus orgías en Villa Certosa, los incendios forestales, Aminatu Haidar, el golpe de estado de Honduras, el alakrana, la cumbre de Copenhague, guerras, terremotos, tsunamis y mil un desastres que se van repitiendo irremediablemente a lo largo de los años. Todas y cada una han dejado huellas diferentes. Huellas que quedan marcadas en la historia de la humanidad y que dentro de unos años serán objeto de estudio.
También se ha ido mucha gente. Personas que han dejado huellas imborrables e irrepetibles: Vicente Ferrer, Pepe Rubianes, Willy DeVille, Michael Jackson, Koko Taylor, López Vázquez, Chano Lobato, Mercedes Sosa, David Carradine, Iván Zulueta etc. Entre todos ellos, dos con los que he crecido, que han llenado muchos vacíos y que me dejan huellas muy profundas: Antonio Vega y Mario Benedetti. A ambos se les sigue llorando todo el día y todo el insomnio.
En mi camino, los pasos que doy y que dan los que caminan conmigo han dejado huellas. Huellas que llenan el día a día y las que le sirven a uno de guía cuando se siente perdido: Esos encuentros en lugare

Pero no sólo por eso, sino también porque últimamente tengo la certera sensación al cerrar los ojos cada noche, y hoy en concreto más, de que algo muy importante me va a traer este comienzo de década y que este año nuevo no va estar cada vez más viejo. En breve una nueva huella va aparecer en mi camino, pequeña pero que va a quedar marcada firmemente en él para siempre.
Un saludo y feliz 2010, cosas malas